martes, 14 de enero de 2014

TEMA 6: ANÁLISIS DEL DESARROLLO DEL DIBUJO ESPONTÁNEO EN LOS NIÑOS/AS

LOWENFELD, V. y LAMBERT, B. (2008). Desarrollo de la capacidad intelectual y creativa. Madrid, Síntesis. Capítulo 8: La conquista de un concepto de la forma, pp. 289-338
Lowenfeld y Lambert en el capítulo 8 de su obra “Desarrollo de la capacidad intelectual y creativa”, se describen las características cognitivas que presentan los niños entre 7-9 años cuando se trabaja la plástica.

Los niños de estas edades (7-9 años), tienen esquemas individualizados. Cuando el niño intenta representar algo, sus primeros intentos son dibujos de figuras humanas. Cada niño tiene esa representación distinta a los demás.
La existencia del esquema espacial es uno de los descubrimientos que se encuentran en el, es decir, sabe que él está en el suelo, la casa está sobre el suelo… el niño ya sabe que existe una línea y sobre ella hay cosas, esta línea se llama línea base, y es universal.
En esta etapa del desarrollo todavía no ha sido alcanzado, la representación de un espacio tipo tridimensional porque los niños todavía tienen el bidimensional.
En cuanto a las representaciones de espacio y tiempo, uno de los métodos de esta representación, surge por la necesidad de comunicarse. Otra forma de representar el espacio-tiempo, es aquella en la que se asienta un dibujo distintas acciones que han tenido lugar en diferentes momentos.
Existen tres formas principales de desviaciones con los dibujos de los niños:
1.      Exageración de partes importantes.
2.      Desprecio o supresión de partes no importantes.
3.      Cambio de símbolos para partes significativas.
¿Por qué estas desviaciones? Es debido a las experiencias autoplásticas (sensaciones del yo corporal o muscular) o en el significado relativo que tienen algunas partes para el niño.
La desproporción viene de alguna intención o experiencia definida, aunque esto no significa que la experiencia sea necesariamente consciente.
En esta etapa ya el niño descubre que hay una relación entre el objeto y el color. Para el niño, el poder comprobar que el color de su pintura es el mismo que el del objeto que está pintando resulta un importante descubrimiento.
Se puede afirmar que en esta etapa, el niño ya no representa objetos en relación con el mismo, sino que comienza a representar objetos en relación lógica con otros objetos.

Aunado a todo lo anterior, decir que el docente en estas edades (7-9 años) tendrá que crear un ambiente motivador, para estimular al niño; fomentar la toma de conciencia de las acciones y funciones de la figura humana. Hay que dejar volar la imaginación del niño y experimentar con todos los materiales.

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