TEMA 1: El docente y la educación artística
Texto 1: La expresión plástica como producto creativo del lenguaje visual.
Texto 1: La expresión plástica como producto creativo del lenguaje visual.
Reflexiones acerca de su integración curricular.
Juan DelgadoTapias y Elvira Martínez
A la
educación artística se le suele atribuir la idea de que a través de ella el
alumno desarrolla su creatividad. Esto sería cierto si se abordara
correctamente pero no es el caso, ocurre todo lo contrario, mas que desarrollar
la creatividad la mata. De aquí surge la primera idea principal de la lectura,
donde establece una similitud de los términos educación artística y paradoja.
Esta paradoja nos indica que la educación plástica y visual, sigue siendo
dentro del curriculum, una asignatura marginada, no se la considera importante
puesto que no es una asignatura instrumental
y para el curriculum solo lo instrumental es necesario o importante, lo demás se
aborda como relleno.
A
esta escasa valoración, le añadimos la falta de preparación del profesorado,
puesto que la formación que reciben es escasa, recibiendo más formación acerca
de las aéreas instrumentales, y ello conlleva a un seguimiento inadecuado de la
asignatura, con una pedagogía incorrecta y confusión conceptual.
La
educación artística evoluciona de la siguiente manera:
- Antes de los 70 se da una enseñanza en la habilidad manual y la destreza del dibujo, mediante patrones con una reproducción mecánica, nada de creatividad.
- En los 70, se produce un importante cambio, la educación artística avanza, se modifican contenidos y metodología. Pero este avance trae consecuencias, y es que se pasa de una metodología 100% mecánica a una 100% libre. No se trata ni de un extremo ni de otro, se pretende favorecer la imaginación y creatividad, pero ello también precisa de unas actividades estructuradas en el currículo regular del área.
- En los 80 y 90, aparece la disciplina artística, dotada de contenidos propios y específicos.
El artículo plantea una cuestión: ¿cómo llegar a una educación creativa integral mediante el lenguaje
plástico-visual?
Pues aplicando procesos creativos al propio proceso generativo
del lenguaje en cada uno de sus 3 escalones:
1. Interiorización y recepción de sensaciones,
percepciones y elementos cognoscitivos. Un proceso creativo en esta fase puede
ser la generación de ideas, con el método torbellino de ideas.
2. Reflexión y transformación de datos, intentando que un dato nos lleve a otro,
estableciendo su relación.
3. Expresión y comunicación, mediante elaboración y exposición de proyectos.
En
definitiva son dos modelos los que están presentes:
- Uno que se limita al uso de materiales y aprendizaje de técnicas
- Y el que aplica procesos creativos a las actividades de los alumno.
Tras la lectura del artículo, es obvio que hay un problema en el planteamiento de la educación artística, tanto en su metodología, como en la formación de quienes enseñan esta asignatura.
Esta situación hace dividir la idónea metodología de la educación artística: uso de materiales y aprendizajes de técnicas a las actividades de los alumnos de forma creativa, en dos modelos diferentes, siendo deficientes por separado. Los docentes llegamos a esta situación porque en estudios superiores no recibimos la adecuada formación.
Texto 2: Educación artística:
propuestas para la formación del profesorado en los nuevos estudios de grado.
Carmen Alcaide,
Universidad de Alcalá
En la lectura anterior veíamos la problemática con la que nos encontramos en la enseñanza de la educación artística. Uno de los primeros problemas con los que nos encontramos es con el tiempo destinado a la formación artística en los currículos de enseñanza obligatoria, inferior a otras materias, y ademas en muchos casos errónea. Esto es lo que conlleva a una formación inicial de los maestros y profesoras insuficiente en las áreas estético-expresivas. Por tanto ante este limitado criterio estético, en los centros se opta por propuestas "pedagógicas" de las editoriales, fomentando el copia y pega y repetición de estereotipos.
Carmen Alcaide como mejora de los planes de estudios, propone los siguientes títulos:
- Grado en Educación Artística: Plástica y Música.
- Grado en Educación Infantil con Mención en Educación Artística. (Doble titulación)
- Grado en Educación Primaria con Mención en Educación Artística. (Doble titulación)
- Posgrado en Artes Visuales (diversas opciones)
- Posgrado en Música (diversas opciones.
Con estas propuestas, Carmen Alcaide pretende proporcionar a los futuros docentes especialistas en artes, una educación interdisciplinar y favorecer el desarrollo artístico y pedagógico de los educadores, que carecían de vías de formación universitaria en el ámbito educativo y global de las artes. Imponen el mejoramiento de las condiciones básicas para implementar metodologías de enseñanza propias de las artes y coherentes con los desafíos contemporáneo del "mundo de la imagen audiovisual", en el marco de la armonización europea.
Tras ver las propuestas de Carmen Alcaide, podemos ver que la educación artística en los actuales planes de estudios en los grados de educación, se sintetiza en una asignatura y no esta la opción de mención artística.
Entonces nos encontramos con una escasa formación previa del alumno, respecto a la educación artística, para cursar un grado donde recibirá una escasa e incluso errónea formación. De esta manera, es imposible abordar correctamente la educación artística.
De estas lecturas, la idea fundamental es el erróneo desarrollo de la expresión plástica en las aulas. ¿Cómo podemos darnos cuenta de si este argumento es cierto o no?
En la primera lectura hablábamos de 2 modelos presentes en las aulas: uno que se limita al uso de materiales y aprendizaje de técnicas, y el que aplica procesos creativos a las actividades de los alumno.
Pues bien en el aula, proponemos realizar una actividad según estos 2 modelos por separado, y una tercera vez uniendo los modelos. Una vez finalizado, observar los resultados de cada procedimiento,observando donde se obtienen mejores resultados.
Por otro lado, no limitar la expresión plástica en su asignatura, trasladarla a las demás actividades, utilizarla como ayuda para el desarrollo del resto de asignaturas.
En estas imágenes, habrá quien vea más atractivo la primera porque desprende mas dulzura y sin embargo reaccionar negativamente ante la segunda imagen, porque representa a una persona mayor, y la vejez no suele ser muy atractiva, o viceversa. Pueden ser diversas y muy diferentes las valoraciones que podemos hacer a estas obras, ya sea de manera negativo o positiva, pero independientemente de que nos guste o no, es obvio, que ambas son grandes obras.
Hay dos cosas que debemos preguntarnos a nosotros mismos siempre que encontremos una falta de corrección en un cuadro. Una, si el artista no tuvo motivos para alterar la apariencia de los que vio. Otra, que nunca deberemos condenar una obra por estar incorrectamente dibujada, a menos que estemos completamente seguros de que el que está equivocado es el pintor y no nosotros. En seguida echamos manos de la expresión: “las cosas no se hacen así”.
TEMA 2: La apreciación plástica de estilos artísticas.
Texto 1: Historia del Arte. El arte y los artistas. Goombrich, E.
Texto 1: Historia del Arte. El arte y los artistas. Goombrich, E.
Esta lectura empieza con una frase muy interesante: no existe,
realmente, el Arte. Tan solo hay artistas.
Son muchas las cosas que pueden ser arte. No hay una definición exacta
de arte, o algo que sea específicamente arte. Cada persona, tiene sus
perspectivas, sus gustos, sus preferencias, sus miedos, sus buenas y malas
impresiones…, por ello no hay un arte concreto.
Un ejemplo claro son estas 2 primeras imágenes:
En estas imágenes, habrá quien vea más atractivo la primera porque desprende mas dulzura y sin embargo reaccionar negativamente ante la segunda imagen, porque representa a una persona mayor, y la vejez no suele ser muy atractiva, o viceversa. Pueden ser diversas y muy diferentes las valoraciones que podemos hacer a estas obras, ya sea de manera negativo o positiva, pero independientemente de que nos guste o no, es obvio, que ambas son grandes obras.
Luego nos encontramos con la
hermosura y belleza. En un cuadro se tiende a decir si es bello o no en función
de los elementos que aparecen en el, si estos son bellos decimos que hermosura de cuadro, si por lo contrario no
son bellos desde los diferentes gustos y preferencias de quien observa el
cuadro, dirá que dicha obra no es bella.
Con esto quiero llegar a que no podemos valorar una obra por sus
elementos, hemos de hacerlo por todo su conjunto. En las siguientes imágenes observamos
que tiene más protagonismo el cuadro en su conjunto, en lo que quiere trasmitir,
que en los elementos que aparecen en el.
Otro aspecto es la expresión, a
menudo es la expresión de un personaje en una obra la que hace que nos guste o
nos disguste. Suele darse el caso de que nos sentimos atraídos por una obra
cuando la expresión la podemos comprender con facilidad, y por ello nos
emociona, sin embargo cuando dicha expresión no es tan fácil de comprender, no
valoramos la obra y por consiguiente se desvalora. Un ejemplo claro lo podemos
apreciar en las siguientes imágenes:
Cuando nos enfrentamos a un
cuadro, es frecuente querer entender al artista, ver la obra como la ve él, y
esto es difícil, puesto que tenemos que conocer su procedimiento, y su lenguaje
propio, además de adentrarnos en el contexto de la obra según su artista. Por ello
los que se enfrentan por primera vez al arte, frecuentemente se encuentran con
esta dificultad. Quieren admirar la destreza del artista al representar los objetos,
y lo que más les gusta son cuadros en los que algo parece como si fuera de
verdad. Los artistas para representar esa visión real que tanta aceptación tiene,
han de tener una gran paciencia y habilidad. Grandes artistas de otras épocas han
dedicado muchos esfuerzos a obras en las que el más pequeño pormenor ha sido
registrado cuidadosamente. Un ejemplo de ellos es el estudio de acuarela de una
liebre por Durero y el elefante de Rembrandt realizado con líneas de
carboncillo.
Aquí empieza
el boceto, el cual no es bien aceptado por aquellos que prefieren cuadros que
parecen de verdad. Además son considerados dibujados incorrectamente, y más si
es un artista moderno, se le considera como un chapucero incapaz de hacerlo
mejor, en lugar de ver una
nueva tendencia o la intención del artista de expresar más. El gallo de Picasso
es un ejemplo de esa intención de expresar más de una simple ave.
Hay dos cosas que debemos preguntarnos a nosotros mismos siempre que encontremos una falta de corrección en un cuadro. Una, si el artista no tuvo motivos para alterar la apariencia de los que vio. Otra, que nunca deberemos condenar una obra por estar incorrectamente dibujada, a menos que estemos completamente seguros de que el que está equivocado es el pintor y no nosotros. En seguida echamos manos de la expresión: “las cosas no se hacen así”.
Queremos una visión tan real de
las cosas, que eso impide apreciar otros aspectos, o no valorar otras obras que
no son una réplica de una fotografía. A veces, esta idea nos lleva a errores,
como es el caso de los cuadros que representan el galope de un caballo, no fue
hasta cuando la cámara fotográfica se perfeccionó, cuando se vio el verdadero
galope de un caballo. Nos encasillamos en que todo tiene que tener una forma,
color, matiz exactos, y no es así. La lectura pone como ejemplo el cielo, nos
acogemos a la idea de que el cielo es azul, la hierba verde, las estrellas
estrelladas, y no vemos más de ahí, no imaginamos, ni exploramos. Los artistas
por ello quieren ver el mundo con un nuevo mirar, soslayando todo perjuicio. Ellos
son los que nos enseñanza a contemplar nuevos atractivos en la naturaleza.
Pero también los artistas se ven
obligados en ocasiones a no poder explorar. Un claro ejemplo es la obra de Caravaggio,
San Mateo y el Ángel, que tras realizar su primer intento, fue rechazado porque
decían que carecía de respeto hacia el santo. Por tanto tuvo que repetirlo y
ceñirse a unas estrictas ideas de cómo debería ser, y abandonar la idea de
aventurarse.
Por ello para los artistas se podría
decir que el momento que más les preocupa es cuando ha de dar por concluida su
obra, esa incertidumbre de si ha “acertado”.
Los artistas cuando realizan una
obran son muchos los bocetos que hacer para llegar a lo acertado, un ejemplo es
la Virgen del prado de Rafael, donde en su cuaderno aparecen varios bocetos de
esta obra, lo que es señal de dificultad, sin embargo en su obra no se aprecia,
se aprecia equilibrio, armonía y naturalidad.
Para un buen artista no hay reglas,
ni normas, no pueden anticipar efectos, intuyen y dejan fluir sus ideas,
buscando armonía.
Nunca se deja de aprender en lo
que a arte se refiere. Siempre existen cosas nuevas por descubrir. “Sobre
gustos no hay nada escrito”, es obvio que cada persona tiene sus gustos y
preferencias, pero también es cierto que el saber no ocupa lugar, y esos gustos
se pueden ampliar, modificar, enriquecer y aprender a comprender lo que los
artistas quieren transmitir en su obras.
Texto 2: La belleza como proporción y armonía. Umberto Eco
1. El número y la música
Con Pitágoras nace una visión estético-matemática del universo: las cosas existen porque están ordenadas, y están ordenadas porque en ellas se cumplen leyes matemáticas, que son a la vez condición de existencia y de belleza.
Los pitagóricos son los primeros en estudiar las relaciones matemáticas.
La idea de armonía musical se asocia estrechamente a cualquier regla para la producción de lo bello. esta idea de proporción se desarrolla a lo largo de toda la antigüedad.
2. La proporción arquitectónica
La idea de pasa del concepto aritmético de numero al concepto geométrico espacial de relaciones entre distintos puntos es pitagórica. la tetraktys es la figura simbólica por la que realizan los juramentos, y en la que se condensa de forma perfecta y ejemplar la reducción de lo numérico a lo espacial,de lo aritmético a lo geométrico.
Los puntos que forman el triángulo sumados entre sí dan el numero diez, y con los diez primeros números se pueden expresar todos los números posibles.
A estas armonías aritméticas le corresponden también armonías geométricas, y el ojo podrá enlazar constantemente estos puntos en un serie indefinida y encadenada de triángulos equiláteros perfectos. Esta concepción matemática de mundo la encontramos también en Platón.
En la obra de Vitrubio se inspiraran las teroias renacentistas de la arquitectura, desde el De re aedificatoria de Leon Alberti a Piero della Francesca, de Pacioli a los Quattro libri dellárchitecttura de Palladio.
2. La proporción arquitectónica
La idea de pasa del concepto aritmético de numero al concepto geométrico espacial de relaciones entre distintos puntos es pitagórica. la tetraktys es la figura simbólica por la que realizan los juramentos, y en la que se condensa de forma perfecta y ejemplar la reducción de lo numérico a lo espacial,de lo aritmético a lo geométrico.
Los puntos que forman el triángulo sumados entre sí dan el numero diez, y con los diez primeros números se pueden expresar todos los números posibles.
A estas armonías aritméticas le corresponden también armonías geométricas, y el ojo podrá enlazar constantemente estos puntos en un serie indefinida y encadenada de triángulos equiláteros perfectos. Esta concepción matemática de mundo la encontramos también en Platón.
En la obra de Vitrubio se inspiraran las teroias renacentistas de la arquitectura, desde el De re aedificatoria de Leon Alberti a Piero della Francesca, de Pacioli a los Quattro libri dellárchitecttura de Palladio.
En estas obras aparecen estructuras pentagonales que aparecen en el arte gótico, especialmente en el trazado de los rosetones de las catedrales, los signos lapidarios, las siglas personales con que cada constructor de catedrales firmaba las piedras mas importantes de su construcción, como las claves de bódeva. son trazados geométricos, basados en determinados diagramas o "parrillas" directrices.
3. El cuerpo humano
Para lo primeros pitagóricos, la armonía es equilibrio. Los pitagóricos Filolao y Arquitas, captan este equilibrio y lo incluyen en el cuerpo de sus doctrinas. Nace así la idea de un equilibrio entre dos entidades opuestas, la simetría, convirtiéndose en unos de los cánones de belleza en el arte de la Grecia clásica.
Al margen de la simetría, nos encontramos todavía ante un concepto bastante rígido de proporción. En el siglo IV a.C, Policleto realiza una estatua que será considerado luego el canon, porque en ella se encarnan todas las reglas para una proporción correcta, y el principio que rige el canon no es el principio basado en el equilibrio de dos elementos iguales. Todas las partes del cuerpo han de adaptarse recíprocamente según relaciones proporcionales en el estudio geométrico.
En el canon de Policleto no hay unidades fijas. Las relaciones entre las partes se determinan según el movimientos del cuerpo, el cambio de la perspectiva y las propias adaptaciones de la figura a la posición del espectador. En un fragmento de Sofista de Platón se nos explica que los escultores no representaban las proporciones de un modo matemático, sino que las adaptaban a las exigencias de la visión.
Aparentemente, la Edad Media no aplica una matemática de las proporciones a la valoración o a la reproducción del cuerpo humano. La cultura medieval partía de un idea de origen pitagórico, según la cual el mundo es como un gran animal, y por tanto, como un ser humano, y el ser humano es como el mundo. Nace así la llamada teoría homo quadratus, en la que el número, principio del universo, adopta significados simbólicos, basados en una serie de correspondencias numéricas que también son correspondencias estéticas.
Por ejemplo el número cuatro se convierte en un número central y resolutorio. Cuatro son los puntos cardinales, los principales vientos, las fases de la luna, las estaciones...
4. El cosmos y la naturaleza
Para la tradición pitagórica, el alma y el cuerpo del hombre están sometidos a las mismas reglas que regulan los fenómenos musicales, y estas mismas proporciones se encuentran en la armonía del cosmos, de modo que microcosmos y macrocosmos (el mundo en el que vivimos y el universo entero) están unidos por una única regla, matemática y estética a la vez. Esta regla se manifiesta en la música mundana: se trata de la gama musical que, según Pitágoras, producen los planteas que, al girar sobre la tierra inmóvil, generan un sonido que es más agudo cuanto mas alejado está un planeta de la tierra y más rápido es su movimiento. Del conjunto proviene una música muy dulce que no escuchamos porque nuestros sentidos no están capacitado para ello.
5. La otras artes
La estética de la proporción ha adoptado formas diversas cada vez mas complejas y la hallamos también en la pintura. Villard de Honnecourt (siglo XIII): en él todas las figuras están determinadas por coordenadas geométricas.
6. La adecuación al fin
En la fase más madura del pensamiento medieval. Tomás de Aquino dirá que, para que hay belleza, hace falta que hay no solo una adecuada proporción, sino también integración, claridad, forma y belleza moral
Es el principio de la adecuación al fin al que esta destinada la cosa. La belleza es colaboración mutua entre cosas. Es la relación correcta entre la inteligencia y la cosa que la inteligencia comprende. La proporción se convierte en principio metafísico que explica la unidad misma del cosmos.
7. La proporción en la historia
La teoría de la proporción siempre ha estado vinculada a un filosofía de sello platónico. A pesar de los principios aritméticos y geométricos, el sentido de esta proporción ha cambiado. Se puede afirmar que ha de haber una relación exacta entre la longitud de los dedos y la mano, y entre esta y el resto del cuerpo, pero establecer cual había de ser la relación exacta era una cuestión de gusto que podía cambiar con los siglos.
Cuando la proporción se interpreta como una regla rigurosa, se ve que no existe en la naturaleza, puede llegar a la argumentación dieciochesca de Burke, que adopta una postura en contra la proporción y niega que pueda ser un criterio de belleza.
Lo mas significativo es que, en el ocaso de la civilización renacentista, se va abriendo paso la idea de que la belleza, antes que de la proporción equilibrada, nace una especia de torsión, de una tensión inquieta hacia algo que está mas allá de las reglas matemáticas que rigen el mundo físico.
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